Antojo del almuerzo: crêpes

De tanto desear crêpes como postre del almuerzo, al regresar sentí la necesidad de averiguar sus orígenes. No sé por qué pero siempre pensé que hablar de un panqueque o de un crepe era exactamente lo mismo. Gran error. Se parecen, pero son diferentes. Para llevarlo al terreno familiar diremos que estamos frente a un caso de 'primos hermanos'.

Según mis averiguaciones, el crepe, crep o crepa (del francés crêpe, y éste a su vez del latín crispus, ‘crespo’) tiene como ingredientes, de acuerdo con la receta europea, harina (de trigo), huevos, leche, mantequilla y azúcar. Con ellos se elaboran discos de una masa delgada, que usualmente se sirven rellenos de variados ingredientes dulces y salados. Pienso en un sencillo crepe con miel de maple o manjarblanco, o uno relleno con crema pastelera, helado y fresas, y se me hace agua la boca.

Algo más grueso de masa y de forma más bien como un plato, es nuestro amigo el panqueque. Dicen que sus orígenes son rusos, y más exactamente desde los tiempos previos al cristianismo, convirtiéndose incluso en un símbolo del culto al Sol. La receta para preparar la masa lleva leche, mantequilla, huevos, harina, polvo para hornear, azúcar y, a veces, canela en polvo o en esencia.

Esta noche no dejo de probarlos. ¿No se les antojaría también uno?