White Russian & Blue Lines

lunes, agosto 20, 2007


Fanny & Alexander

Tengo conmigo esta cinta desde que la adquirí en una de mis visitas a Polvos Azules. Me enorgullece decir que aquella vez fue la primera (y afortunadamente no la última) que revisé emocionada el misterioso y codiciado Cuaderno Negro. Pude ver la película algunos días después y no inmediatamente, porque algo me decía que el idioma original iba a ser un regalo para Maria Claudia, mi sobrina. Ella estudia el ciclo intermedio de alemán en el Von Humboldt, así que le propuse ver juntas la cinta de Bergman. "Eso es sueco" -me dijo sonriendo-. "¿Lo es?" -contesté incrédula-. Superada la graciosa confusión de los idiomas disfrutamos la película y yo anoté en mi libreta varias frases, de las que he seleccionado una que, tal vez, significó la prueba más dura para la madre de Fanny y Alexander.

Después de la muerte de Oscar Ekdahl (el papá de los niños), su viuda Emilie contrae nuevas nupcias con el obispo Edvard Vergerus (personaje que odié con todas mis fuerzas por los castigos que le infligió a Alexander). En una escena -ya en la nueva casa- éste se dirige a Emilie para pedirle que renuncie a todo lo que fue su vida anterior y empiece una nueva a su lado. ¿Serían ustedes capaces de renunciar a todas esas comodidades? ¿Podrían cargar con una vida con ese tipo de privaciones materiales? ¿Es un precio demasiado alto o es el primer paso para una vida más cerca de Dios? Más allá de sus respuestas... no dejen de ver Fanny & Alexander.

(Tomado de una escena de la película, Edvard se dirige a Emilie)

- Quiero que vengas a mi casa sin pertenencias.

- ¿Qué quieres decir?

- Quiero que dejes tu casa, tu ropa, joyas, muebles, tus bienes, tus amigos, hábitos y pensamientos. Quiero que dejes tu vida entera.

- ¿Quieres que venga desnuda?
- Quiero que vengas a tu nueva vida como recién nacida.






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viernes, agosto 03, 2007


The Idan Raichel Project

Hace cinco años, The Idan Raichel Project encendió la escena musical israelí, cambiándole el rostro a la música popular que tenía ese país, y ofreciéndole un mensaje de amor y tolerancia a una región del mundo donde los titulares a menudo están dominados por los conflictos.

El arquitecto de tan especial proyecto musical se llama Idan Raichel, tiene 29 años y es originario de Kfar Saba, Israel. Idan es tecladista, productor y compositor. De pequeño creció rodeado de una familia de raíces europeas, para quienes la música no fue un elemento importante en su educación. Cumplidos los nueve años ya tocaba el acordeón y se sentía atraído por los sonidos exóticos de la música gitana y del tango.

Ya adolescente, Idan empezó a tocar el teclado y a estudiar jazz en la escuela secundaria, lo que agudizó su habilidad en la improvisación y en el trabajo con otros músicos. Fue durante su paso por el servicio militar que se unió a la banda de rock de la armada y recorrió las bases militares, interpretando covers de éxitos israelíes y europeos. Como director musical del grupo, se volvió un experto en arreglar y producir conciertos en vivo, convirtiendo su paso por la milicia en una experiencia productiva y positiva.

Terminado el servicio militar, Idan comenzó a trabajar como consejero en una escuela para inmigrantes. En el nuevo espacio se familiarizó con la música folk y pop etíopes. Frecuentó bares de Etiopía y clubes de la parte baja de Tel Aviv. Más tarde, comenzó a asistir a las sinagogas, a las bodas y a las ceremonias etíopes. Con todo ello su vínculo con la comunidad se reforzó aún más.

Para entonces, Idan ya era un conocido músico de acompañamiento de algunos de los artistas más populares de Israel. Grabó un demo en un pequeño estudio que armó en el sótano de su casa. Para participar de las grabaciones invitó a más de 70 de sus amigos y colegas de la variada escena musical israelí. Jamás imaginó que sus experimentos musicales lo convertirían en uno de los mayores fenómenos de la música israelí de los últimos años.

Si bien la mayoría de los sellos israelíes consideraron su trabajo demasiado étnico y alejado de las normas convencionales del pop israelí, el encargado de A&R de Helicon Records, Gadi Gidor, reconoció el potencial de su arte y lo sumó enseguida a su sello. El siguiente álbum fue un éxito inmediato. El encantador estribillo etíope de su primer corte, “Bo’ee” (Ven conmigo), sonaba completamente diferente a lo que los israelíes estaban acostumbrados a escuchar. El álbum terminó vendiendo más de 150 mil copias (triple platino) y convirtió a Idan en la nueva revelación de la música israelí. En noviembre del 2006, el trabajo de The Idan Raichel Project fue lanzado por primera vez fuera de Israel a través del sello Cumbancha.
Conocido en todo el mundo, sobre todo en el circuito de comunidades judías, etíopes e israelíes, el Idan Raichel Project suele agotar las entradas a sus conciertos realizados en salas como el Kodak Theater de Los Ángeles o el Apollo Theater en el Harlem de Manhattan. En enero del 2006, The Idan Raichel Project viajó a Etiopía, la tierra que inspiró gran parte de su música. La banda se sintió feliz al enterarse que sus canciones “Bo'ee” and “Mi’Ma’amakim” habían ganado un concurso en una radio local.

Acompañando el lanzamiento, los músicos de The Idan Raichel Project iniciarán una gira internacional que los lleve a los Estados Unidos, a Europa, y a todo lugar donde puedan llevar su fascinante mensaje musical alrededor del mundo. Nada me gustaría más que Sudamérica estuviese incluida.