Una válvula Check nos deja sin agua

Es jueves de vacaciones así que decidimos darnos cinco minutos más para retozar en la cama. Anoche eran las 12 y J. no se dormía. Yo empezaba a cabecear con la almohada, pero alguien me contagió su falta de sueño. Felizmente, y gracias a algunos juegos amatorios, al cabo de una media hora ya dormíamos como lirones. Tuve sueños en que recorría varias partes de la ciudad donde retrataba a personas en situaciones curiosas con mi pequeña cámara de fotos.

Esta mañana he preparado huevos fritos para el desayuno, pero la sartén no ha ayudado mucho en la presentación final del plato. J. se ríe y dice que igual están ricos. Después de desayunar nos damos cuenta que no hay agua y nuestras caras empalidecen. A los veinte minutos J. abre la bomba y el agua regresa. Platos y tazas quedan limpios, pero la idea de un baño delicioso se frustra cuando comprobamos que no cae ni una gota del caño. ¿La terma? “No, amor. La válvula Check”.