White Russian & Blue Lines

jueves, junio 23, 2005

Poema en un blog
Al pie de Notredame él me pidió que cerrara los ojos. Me guió entre voces y sombras hasta un lugar frío y puro. Recliné mi cabeza en una de sus manos mientras mi tronco se apoyaba en sus rodillas. Ábrelos -me dijo-. Estábamos adentro, al abrir los ojos caí contra la cúpula gótica. El vértigo de los vitrales y de las lanzas. Yo miraba hacia la parte más alta de la catedral como si pudiese atravesar, desde la base, toda aquella navaja hasta su parte más fina, aquella que amenazante empalaba el azul del cielo. El cielo es rojo a través de los párpados. El cielo es de roca desde la base del volcán. Luego él ensayó algunas marcas en mi frente, algunas caricias en mi rostro. Plantó cicatrices en mi cutis. Dijo que quería medir la profundidad de mis ojos con aquella que mostraba la catedral. Mira, me dijo, quiero que veas cómo es el mundo a través del cuchillo de dos santos. Fui bautizada. Purificada. Pervertida.

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